Ilustración: Marta Pucci
Cómo es la pubertad siendo intersex
"Pasé casi quince años de mi vida intentando entender cosas básicas sobre cómo está hecho mi cuerpo."

Mi pubertad fue muy confusa. Mis padres me dijeron que era varón y mi cuerpo antes de la pubertad se parecía al de un niño. Esperaba características secundarias masculinas, como cambios en la voz y vello corporal. Nada de eso sucedió.
Había leído libros sobre la pubertad y creía que sabía qué esperar. Aun así, me resultaba confuso ver a mis compañeros de clase cuando empezaron a experimentar cambios. Las chicas a mi alrededor empezaron a convertirse en mujeres. Vi cómo los chicos de mi entorno reaccionaban ante ellas, queriendo llamar su atención y ser su interés romántico. Al mismo tiempo, no entendía muy bien lo que le estaba pasando a mi cuerpo.
Se me partió la voz, pero solo un poco, y no noté mucha masa muscular adicional. Empecé a desarrollar los pechos cuando tenía unos once años, pero eso se detuvo al cabo de un tiempo. Entonces, una mañana sentí una sensación de calambres horrible en la parte inferior del abdomen.
Pensé que me estaba muriendo. Me quedé en la cama esperando a que el dolor desapareciera, pero no se iba. Mis padres me encontraron y me llevaron al médico, pero cuando llegamos allí, el dolor había remitido. Me acusaron de fingir que tenía dolor para llamar la atención. Después de eso, cada vez que sentía dolor o molestias en esa zona, lo ignoraba.
Pasé la mayor parte de mi pubertad creyendo que debía ser un chico, ignorando cualquier síntoma similar a la menstruación y descartando el crecimiento de los senos como una casualidad. También ignoré el hecho de que no me quedaban tan bien las prendas masculinas, ya que mi cuerpo había desarrollado curvas femeninas distintivas. Recuerdo que compraba los vaqueros masculinos más pequeños posibles y llevaba cinturón todo el tiempo.
Empecé a pensar que era transgénero, aunque aún no había elegido una preferencia de género. Todavía me sentía como un niño. Ahora, mirando hacia atrás, veo que hubiera preferido un rol de género femenino.
No fue hasta muchos años después que aprendí el término “intersexual"
Cuando me hice mi primera resonancia magnética (imagen por resonancia magnética) a los 24 años, supe que tengo genitales masculinos y femeninos, además de un cuerpo por lo demás femenino. De repente, todo tenía sentido.
Ahora sé por qué tuve dolor esa mañana hace muchos años: era mi primera menstruación.
Nací con la vagina sellada, lo que significa que la sangre de la regla no podía salir de mi cuerpo. Como no había sangrado visible, nadie sabía lo que estaba pasando.
Mi cuerpo no producía mucho en términos de hormonas masculinas o femeninas. Había estado tomando hormonas artificiales (estradiol y un bloqueador de testosterona) durante algunos años, basándome en mi propia investigación, ya que ningún médico quería recetármelas inicialmente. Entonces, de repente, a la edad de 31 años, mi cuerpo comenzó a producir sus propias hormonas femeninas, durante lo que describiría como una segunda pubertad.
Era como volver a tener quince años, pero esta vez de verdad. Todo mi cuerpo estaba cambiando. Mis dolores menstruales aumentaron y mis senos se agrandaron significativamente.
Es una existencia solitaria en muchos sentidos. No solo tienes que vivir con un cuerpo que es tan diferente, sino que también hace que la pubertad sea muy confusa. Justo en el momento en que todo cambia, se supone que debes descubrir quién y qué eres, o en quién quieres convertirte.
Ahora estoy en un punto en el que tengo una idea de qué órganos reproductivos tengo y cómo probablemente funcionan. Puedo seguir más o menos las diferentes fases de mi ciclo, como mi período y el síndrome premenstrual. Mis fluidos menstruales no tienen dónde ir, ya que mi vagina todavía está cerrada.
La desafortunada realidad es que ser una persona intersexual es una condición muy rara y encontrar ayuda médica para ello es aún más difícil. [Nota del editor: Para obtener más información sobre las condiciones intersexuales, visita Brújula Intersexual, Argentina Intersex, Asociación Peruana de Personas Intersexuales, Intersexuales Chile y Colombia Intersex.]
He pasado casi quince años de mi vida tratando de obtener información básica sobre cómo está compuesto mi cuerpo, con médicos que me dan respuestas contradictorias. Algunos insisten en que soy un hombre normal, otros insisten en que debo ser transgénero. Algunos ven una vagina y otros órganos en las ecografías, mientras que otros insisten en que no hay nada que ver. Es casi imposible obtener ayuda, cuando los médicos ni siquiera pueden ponerse de acuerdo sobre cómo es tu cuerpo por dentro.
Mirando hacia atrás ahora, descubrir que existe la “intersexualidad" fue un gran punto de inflexión para mí. Me permitió finalmente entender lo que estaba pasando con mi cuerpo. Me ayudó a aceptar que mi cuerpo ha sido mayormente el de una mujer todo el tiempo. Me llevó a someterme a una cirugía para extirpar los testículos que no funcionaban. Esto fue importante, porque para que se te permita asumir una identidad femenina en los Países Bajos, hay que demostrar que eres infértil como hombre.
Lo único que me falta ahora es un ginecólogo amable que me guíe. Busco a alguien que pueda ayudarme a dar sentido a mis preguntas pendientes. Quiero saber más sobre la cirugía reconstructiva y sobre la apertura de la vagina para disminuir mi malestar mensual. Es increíblemente difícil acceder a estas cosas, y gran parte de lo que estoy afrontando es una novedad para los profesionales médicos con los que me encuentro.
En este momento, mi deseo es que me acepten y me ayuden, no solo a mí, sino a todas las personas que se encuentran en una situación similar. Todo lo que puedo hacer es seguir intentando encontrar ayuda, mientras informo a todos los que están dispuestos a escuchar. Espero que esto pueda ayudar a otros a sentirse menos solos de lo que me sentí yo.